Uzbequistán, la perla de Asia

Uno de los viajes de grupo que más me ha gustado de todos los que hemos organizado es el de Uzbequistan, fue apasionante durante todo el proceso, desde la decisión de los lugares a visitar, hasta contarle a nuestros clientes lo que significaba el destino y las maravillas que iban a encontrarse, pues mucha gente desconoce mucho de este increíble lugar.

El primer grupo lo organizamos en el año 2019, con salida para  Junio. Con un vuelo especial desde el aeropuerto de Valladolid, Villanubla. Y tras su gran éxito, teníamos un 2º grupo organizado para este año 2020, desgraciadamente truncado por el COVID-19.

A continuación os contaremos que esperar de este joven país y las maravillas que vieron los asistentes, para que así, cuando todo esto pase y podamos volver a viajar no dudéis en apuntaros.

Ubicada en el corazón de Asia Central, Uzbekistán es un país joven. Surgido tras el quiebre de la Unión Soviética, Uzbekistán declaró su independencia en septiembre de 1991 y ha llevado adelante un proceso de construcción de su identidad nacional en las últimas décadas.

Su ubicación estratégica lo convirtió en un paso obligado para las caravanas que comerciaron entre Europa y Asia a lo largo de la llamada Ruta de la Seda durante el dominio mongol.

A medida que la industria de la seda en China crecía, los persas abrieron nuevas rutas comerciales a lo largo de Uzbekistán para potenciar el traspaso de mercancías, para lo cual fundaron algunas ciudades como SamarkandaBujará y Jiva. Espléndidas ciudades que  surgieron para acoger a los comerciantes, que llenaron sus calles de elementos traídos de todos los rincones del mundo. Imponentes sedas, y tejidos, joyas de piedras semipreciosas, corales, ámbar, cosméticos, especias,  dulces y esclavos. Cualquier cosa con la que se pudiera comerciar se encontraba allí.

En la actualidad, Uzbekistán ha ido desarrollando progresivamente su economía tras la crisis post-soviética. Y tiene hoy grandes recursos naturales que ha permitido mejorar la calidad de vida de sus habitantes y ampliar las redes con el resto del mundo.

La mayor parte de la población (cerca de un 80%) es de la etnia uzbeka, un pueblo de origen mongol que adoptó una lengua túrquica similar al turco y el azerí.

El turismo, sin embargo, sigue siendo sumamente limitado; lo que lo hace un destino muy interesante ante la baja masificación de visitantes.

Nuestro grupo empezó su aventura por la ciudad de Khiva; Gracias a un vuelo especial que nos llevó primero a Urgench  desde donde nos  trasladamos  a Khiva (30 km).

Según la leyenda, Khiva o Jiva fue fundada en el lugar en el que Sem (el hijo de Noé) cavó los pozos de agua  de Keivah. Era el último oasis que encontraban las caravanas de comerciantes de la Ruta de la Seda en su viaje a la antigua Persia, antes de atravesar el gran desierto del Turkestán.

 

Kalta Minor in Xiva (Chiwa). Fuente: Wikicommons (Jutta234)

 

Entre sus murallas de barro de 12 metros de altura, las caravanas encontraban cobijo y protección de los bandidos, comerciaban y se avituallaban antes de afrontar el desierto.

Jiva fue, hasta principios del siglo XX, la capital de Corasmia (que fue un reino vasallo del Imperio persa). Una región particularmente árida, que fue ocupada por diferentes conquistadores: persas, griegosárabesmongoles y uzbecos.

El Kanato, o estado, de Jiva fue el más antiguo de los tres kanatos uzbekos que existieron al sur del mar de Aral junto con Bujara y Samarkanda.

Aquí visitamos todo el complejo arquitectónico de Ichan-Kala , el Complejo arquitectónico Tash Hovli, Uno de los edificios más suntuosos de la ciudad, que fue levantado con el trabajo de más de mil esclavos, aunque no debió de quedar al gusto del Khan pues mando ejecutar al arquitecto; el Mausoleo de Pahlavan Mahmud y la Mezquita Juma.

Dejamos Jiva para dirigirnos hacia BUKHARA o Bujará atravesando el desierto Kyzyl-Kum, que significa » arena roja» y es el 11º desierto más grande del mundo.

 

Bukhara, Uzbekistan. Fuente: Wikicommons (LBM1948)

 

Bujará ha sido uno de los principales centros de la civilización uzbeka a lo largo de la historia. Su arquitectura y sitios arqueológicos forman parte de los pilares de la historia y arte turca. La quinta ciudad más poblada de Uzbekistán, Bujará destaca por su centro histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

En la Bujará medieval abundaban los canales y los hauz, piscinas públicas que eran centro de esparcimiento y encuentro social, donde la gente se reunía para cotillear, beber y bañarse.

En el siglo XIX se contaban más de doscientos hauz de piedra, en unas condiciones higiénicas deplorables que causaron numerosas plagas. El promedio de edad de la población de la época no llegaba a los treinta y dos años.

A lo largo de nuestra estancia en esta mágica ciudad los olores, madrasas, calles empedradas y estrechas callejuelas, el espectáculo de luz que emana de los minaretes al caer la luz nos transporta a otro tiempo.

Allí visitamos el Mausoleo de los Samanidas,  el manantial sagrado Chashmai Ayub (siglo 14), también conocida como “la fuente de Job”; la Mezquita Bolo-Hauz , el Minarete Kalon,y la Mezquita, la Madraza Miri Arab, y los tres mercados así como,  el Arq de Bujará que es la estructura más antigua de la ciudad. Fue residencia de los emires de Bujará. Y cuya historia resulta apasionante.

Además de ser una estructura militar, el Arq contenía lo que era esencialmente una ciudad.

La primera referencia conocida del Arq está contenida en la «Historia de Bujará» de Narshakhi Abubakra (899-960). Abubakra escribió:

 «Biden, el gobernante de Bujará, construyó este fuerte, pero pronto fue destruido, muchas veces fue reconstruido, destruido varias veces».

Abubakra dice que cuando el último gobernante pidió consejo a sus hombres sabios, le sugirieron que construyera la fortaleza alrededor de siete puntos, que están en la misma relación que las estrellas de la constelación de la Osa Mayor. Así construida, la fortaleza nunca más fue destruida.

Ibn Sina o Avicena de nacionalidad persa y uno de los más grandes médicos y sabios de su tiempo dijo sobre su biblioteca:

“He encontrado en esta biblioteca libros que no conocía y que nunca antes había visto en mi vida. Los leí y conocí a todos los científicos y a todas las ciencias. Frente a mí, las puertas de la inspiración y las grandes profundidades de conocimiento que no había imaginado podrían haber existido”

Habiendo repuesto fuerzas en varios sitios locales y probado comida típica como el Plov nos dirigimos al hotel a por un merecido descanso.

Al día siguiente  realizamos las últimas visitas de la ciudad EL Complejo arquitectónico Lyabi Hauz para finalmente dirigirnos a ese último lugar mágico conocido por todos y cuyo nombre nos transporta a la Ruta de la Seda. Samarkanda.

Samarkanda, Rajastán. Fuente: Wikicommons

 

Cuando Alejandro Magno la vio por primera vez dijo:

“Todo lo que había oído sobre Samarkanda es verdad, excepto que es más hermosa de lo que había imaginado”. 

Dada su ubicación, Samarkanda prosperó debido a estar localizada en la Ruta de la Seda entre China y Europa. Llegó a ser una de las ciudades más grandes de Asia Central.

Y Bajo el Imperio sasánida, Samarkanda floreció hasta volverse una de las ciudades más importantes del Imperio persa.

Su historia a lo largo de los años es tremendamente interesante podríamos hacer un rápido y breve resumen:

Al comienzo del siglo VIII Samarkanda fue sometida a control árabe.

Bajo el poder de los Abasidas, se obtiene el secreto de la fabricación de papel a partir de la confesión de dos prisioneros chinos capturados en la batalla del Talas

Del siglo VI al siglo XIII la ciudad creció y llegó a ser controlada por turcos del oeste, árabes, persas samaníes, turcos qarajanidas, turcos selyúcidaskarakitay, y khorezmidas, hasta ser saqueada por los mongoles de Gengis Khan en 1220.

En 1370Tamerlán decidió hacer de Samarkanda capital de su imperio, que se extendía desde India hasta Turquía. Durante 35 años construyó una nueva ciudad, poblándola con artesanos de todas las regiones que había capturado

En el 1499 los uzbekos se hacen con el control de Samarkanda.

Desde 1784 Samarkanda fue gobernado por los emires de Bujará.

La ciudad pasó a manos rusas después de que la ciudadela fuera tomada por una fuerza bajo el coronel Aleksandr Abrámov en 1868.

En 1925 se convirtió en la capital de la República Socialista Soviética de Uzbekistán (RSSU), antes de ser sustituida en 1930 por Taskent, la actual capital de Uzbekistán.

Asi que después de saber un poco más de la ciudad a la que nos dirigíamos pudimos visitar los monumentos más importantes y representativos:

A lo largo de nuestra estadía allí visitamos: El Mausoleo Guri Emir que  es donde está enterrado el conquistador Tamerlán, sus hijos y su nieto y  uno de los monumentos mejor conservados de la ciudad.

La  Plaza Rajastan que significa “lugar de arena” Era una plaza pública donde las personas se reunían para escuchar las proclamaciones reales, anunciados por explosiones en enormes tubos de cobre llamados dzharchis, y un lugar de ejecuciones públicas.

En ella se encuentran tres importantes madrasas: Ulugh beg, Tilla-Kari y Sherdar.

También la visita a La Mezquita Bibi Khanum.  Algunos sostienen que esta gigantesca mezquita en ruinas fue construida por la esposa de Tamerlán, Bibi Khanum, mientras éste estaba de campaña fuera de la ciudad.

Según una de las leyendas, el arquitecto cayó enamorado de ella y se negó a completar el trabajo acordado a menos que ella le diera un beso a él. El beso dejó una marca en la mujer y la indignación de Tamerlán fue tal que mandó buscarlo, pero éste,ya había muerto. No existe una fuente fiable que mencione a la esposa de Tamerlán, que se conocía por el nombre de ‘Bibi Khanum’ (que literalmente significa mujer-mujer o la reina de todas las mujeres en persa).

Y hablando de mujeres la visita del Bazar Siab era una parada obligatoria para muchas que estaban deseando acudir a uno de los mercados típicos de este país.

Finalizamos nuestras paradas en la ciudad con el Observatorio Ulugh Beg, El complejo arquitectónico de  Shah-i-Zinda; conjunto de monumentos funerarios cuyo nombre significa “tumba de los reyes vivos” y El Museo de Afrasiab que tiene algunos frescos sogdianos del siglo VII , además Se supone que alberga la tumba de Daniel, el profeta del Antiguo Testamento.

A lo largo de nuestra estancia en Uzbequistan además de las visitas culturales Almorzamos y cenamos en  restaurantes locales a menudo, e  incluso vimos un espectáculo folclórico que amenizo mucho la velada.

Finalmente nos dirigimos hacia nuestro último destino Tashkent. Es la capital de Uzbekistán,

Su nombre actual significa en turcomano, “ciudad de piedra”

Alli pudimos maravillarnos con las visitas por la zona antigua como  el Complejo arquitectónico Hasti Imam, la Madrasa Barak Kan, la Madrasa Kafal Shohi;  Visitamos  la Biblioteca, situada en la misma plaza que tiene su importancia por albergar el “Corán de Usman”; un manuscrito de altísimo valor. Madrasa Kukeldash o el bazar Chorsu y la parte más nueva con estatuas y monumentos más modernos pertenecientes a la II Guerra mundial entre otros.

Después de todas estas maravillas y embriagados por lo que habíamos visto regresamos a nuestra ciudad  en vuelo especial directo, con algo de cansancio pero llenos de sabiduría y nuevos conocimientos.